El 30 de abril se celebra en México el día del niño y la niña, y aunque se cuenta con diferentes fechas de celebración en otros países, nunca está demás sacar del alma a ese niño interior y volver a disfrutar de la magia de la infancia.
Mini Mona y sus amigos
"Pedacito de Cielo" es la granja donde vive Mona, un lugar donde todos los sueños se hacen realidad... o al menos así es como Monita ve su hogar, ella es una schnauzer miniatura y a pesar de ser tan pequeña, sus sueños son grandes. Su peculiar tamaño le otorgó el encantador y muy apropiado título de
Mini Mona y todos la llaman así.
Los días en "Pedacito de Cielo" comienzan siempre igual: Mini Mona abre sus grandes ojos estirando lentamente las patitas peludas que se hunden en la paja y el heno de su camita, una mirada color carbón que combina perfectamente con su brillante naricita; se levanta de un brinco veloz y agacha la cabeza hasta el piso en un enorme bostezo, dejando ver su rosada lengua que enrosca hacia arriba, como si fuera una serpentina de terciopelo, luego eleva el trasero y se queda ahí muy quietecita disfrutando los primeros rayos de sol que entran por la ventana.
En la granja viven muchos animales, entre ellos un pavo real muy atractivo pero también muy irritante, se llama Gross, es color azul zafiro y le encanta extender su cola, sacudirla y mientras forma el enorme abanico tornasol que destella elegantemente, lanza sin piedad un grito que no puede ser otra cosa mas que una declaración de guerra para Mini Mona:
- ¡Jiiiiiaaaaah, jiiiiiaaaaah!
Desde lo alto del granero, Mini Mona sacude su gris pelaje espolvoreando por doquier la paja que le sobra de sus sueños, luego un silencio de incertidumbre y nuevamente:
- ¡Jiiiiiaaaaah, jiiiiiaaaaah!
Justo lo que Mini Mona estaba esperando, el grito de ataque que hacía falta para iniciar la batalla, después dos o tres sacudidas más, voltea de un lado a otro y aunque ella sabe que su víctima no está ahí, el ritual nunca cambia, por lo que inicia una desesperada búsqueda en todo el granero. Corre, olfatea, bosteza de vez en cuando, excava en montoncitos de paja y otros los vuelve a regresar con las patas traseras. No deja un lugar sin revisar y aunque sabe que Gross está afuera, abanicando la cola de un lado a otro mientras grita irritantemente y camina por la verde planicie, Mini Mona sigue siempre la misma rutina; finalmente se lanza a la carrera sin control, corre tan veloz que Rush no la puede alcanzar.
Rush es un caballo bayo, percherón y muy sonriente, cada vez que escucha su nombre lanza una enorme sonrisa y ese clásico relincho con el que presume su blanca dentadura
- ¡Ijirijiri, ijirijiri!
Al relinchar por las mañanas pone en aviso a toda la granja que la batalla ha comenzado y que está dispuesto a acompañar a Mini Mona en la habitual carrera para callar los despiadados gritos de Gross; relincha y hace ese sorprendente gesto danzarín en el que su labio superior tiembla como una gelatina, se levanta en dos patas e inicia la carrera detrás de Mini Mona... ¡Menudo par de amigos! Mona apenas alcanza la altura de sus espolones, mientras que Rush sobrepasa la altura de la puerta de la granja, son un gigante y un enano convertidos en el ejército liberador de los gritos de un insolente. Se lanza a trote detrás de la pequeña schnauzer, ella guía la cabalgata,
mientas la cola de Rush navega por el aire en un ligero vuelo color dorado.
La amenaza pavuna no se detiene enfureciendo más y más a Mini Mona que ahora siente que es un gran rinoceronte corriendo por la selva y detrás de ella una estampida que la sigue, aunque en realidad se trata de Rush, su fiel amigo de batallas; juntos deciden no tener piedad por esa atrevida ave, salen del granero y rodean el estanque de los patos, quienes son los encargados del cántico de guerra más vivaz que se haya escuchado jamás:
-Cuac, cuac,
cuac… cuac, cuac, cuac, cuac…
La bélica
orquesta patosa toma cada vez más fuerza y más velocidad, las pisadas de Mona
la Guerrera casi son mudas, como las de un samurái, no se escuchan en el pasto;
pero el trote de Rush es una grave y rítmica percusión que dura toda la batalla y
se amolda tan bien a la melodía de los patos; siendo digno de reconocer el
trabajo de Pluk, la pata mayor y directora de orquesta, que anuncia, con
bastante anticipación, a sus discípulos el inicio del canto mañanero, todos ocupan su lugar, desde la primera amenaza de Gross y esperan con serenidad la estrepitosa llegada de Rush a lado del estanque.
- ¡Pum! retumba la tierra al trote de Rush
- Cuac-
inicia Pluk haciendo que los demás patitos contesten después de la siguiente
pisada de Rush.
-Pum, cuac, pum,
cuac, pum, cuac…
Mini Mona y el gran Rush detrás de Gross sin cesar... dos, tres, cuatro y hasta cinco vueltas le dan al estanque, hasta que
semejante maleducado agota todas sus fuerzas y decide regresar a dormir a su
acolchonado y enorme nido dentro del corral de aves.
¡Ah! Mini Mona es pequeña, pero sus sueños son muy grandes y así es como ella y el gran Rush regresan al granero a dormir una siesta en lo que el desayuno está listo...
*Texto e ilustraciones RojoRed Ana Patricia Moheyer Serrato